jueves, 2 de febrero de 2012

Capítulo 29 - Ella se empezó a reír sin parar.


-¿Quién será? ¡Qué oportuno, uf!-Dijo Cristal mal humorada.
-¿El cartero? Es pronto... Puede ser...-Respondió Lucas con el preservativo en la mano.
-Voy a abrir... ¿O no? -Dijo todavía entre sus brazos.
-Lo que quieras, cariño.
-¡Ahora no puedo abrir! ¡Si es importante deja el mensaje debajo de la puerta!
Cristal intentaba no gemir, le daba vergüenza. Hasta que llegó al climax, no pudo evitar un pequeño gritito del que luego se sintió un poco ridícula. "Me encantas" le susurraba Lucas una y otra vez. La sensación que recorría el cuerpo de Cristal estaba llena de vitalidad, de amor, de una sensación totalmente desconocida. Y aunque evitaba no pensarlo, lo hizo. Totalmente diferente a Alex, puede que no mejor, ni peor, pero sí diferente.
Al acabar a ella le temblaban las piernas, y él apenas podía contener su cara de satisfacción, él se dirigió al baño y ella a la puerta...
"Tiene que limpiar la escalera. Se ha despedido a la limpiadora de la escalera, por la varias incidencias. Muchas gracias por su colaboración, hasta que encontremos a otra. La presidenta."
<<¿SOLO ESO?>> Pensó Cristal indignada. Aunque le costaba admitirlo para sus adentros, aun deseaba que ese mensaje hubiera sido de Alex.

En otro lugar del planeta, Sophí estaba asustada, nunca había estado tan nerviosa ¿Cómo iba a decir a sus padres que había vuelto con Alex? ¿Y que se iba a Nueva Zelanda?
Sophí siempre había querido ser la novia perfecta, la hija perfecta. ¡Joder, la perfección!  Era preciosa, e inteligente. Y eso conllevaba mucho.  Sophí tenía un hermano mayor, más listo, más guapo, pero menos social.  Ella siempre quedaba a la sombra en base a cómo tocaba el piano , a sus hermosos ojos azules y grises, a que todas sus novias eran ejemplos a seguir, hasta que éste tomó muy enserio las expectativas de sus padres y se rebeló. Dejó de estudiar, aunque para entonces ya tenía una carrera de médico, que había sacado en una universidad pública porque no creía en las privadas, y en la que sacó matricula de honor. Comenzó a trabajar en una ONG, no se puede decir que dejara de ser el ojito derecho de sus padres, pero ya no era el ejemplo. Y eso quitaba un fuerte peso de sus hombros.
-Mamá he vuelto con Alex, y quiero que cenemos toda la familia, no, así no... -Suspiró.-¡Mami, papi, he vuelto con Alex! Sí, y me voy a vivir con él. ¿Qué si por aquí? No, que va, en Nueva Zelanda.
-¿¡Qué!?-Dijo su madre más confundida que asustada por cómo iba vestida su hija. Para su gusto tenía una falta de elegancia , parecía que la ropa que tenía no era de las marcas que su hija frecuentaba.-Me alegro mucho hija, pero...
-Mamá, yo , bueno. Quería que cenáramos todos juntos.-Sus manos temblaban y su voz se entrecortaba por lo nervios. Hacía años que no interrumpía a su madre, y la última vez que lo hizo la mano de su madre quedó grabada en su pómulo izquierdo.
-Sophí me alegra que estés con ese chico. Siempre ha sido correcto, atractivo y adecuado para ti. Pero iros a vivir juntos, a Nueva Zelanda...No sé. Primero es inadecuado, ¿Qué dirían nuestros amigos? Y segundo, ¿Qué pasa si lo dejáis, si tenéis otra pelea?-Ante todas sus exigencias seguía siendo una madre, un poco clasista pero aun así una madre preocupada. -¿Y si os enfadáis, Sophí, repóndeme? No creo que tengáis que tomar decisiones tan a la ligera.
-Mamá en el caso de que fuera mal, volvería, reharía mi vida, y punto. Por favor, confía en mí.
-¿Y qué vas a hacer allí?
-Conocer más mundos, escribir un libro, estudiar algo, no sé mamá. Podría ser modelo.
-Hay no, eso no, que entonces no vería cómo sales. Que allí no son las mismas revistas que aquí. Bueno haz lo que quieras pero ten cuidado.
-Esta noche cenaremos con sus padres.
-No, no si vas así vestida. Tienes millones de preciosos vestidos, y aquí te quedan algunos también.
-Vale, vale. -Rió Sophí.
Un vestido azul clarito sería el idóneo para la cena. Había no demasiado pomposo, pero tampoco informal que hacía que sus ojos llamasen más la atención.

Ingrid llamó a Helena, por medio de un locutorio. Ella había ido de viaje a Londres. El aire frío y las nubes le daban dolor de cabeza, deseaba llegar a Roma cómo no lo había deseado en su vida. Le molestó que no lo cogiera enseguida Justo cuando estaba a punto de colgar, Helena lo cogió.
-¿Hola , quién es?
-Hasta una rubia platino sabe darle al botón verde antes que tú.
-¡Hola Ingrid! Si llamas por el e-mail, ha sido sin querer... Lo siento..
-¿Qué e-mail? Bueno es igual, te llamaba para preguntarte qué tal, hace ya casi un mes que me marché. Se me ha hecho eterno y a la vez corto, es que no sé bien como se dice en español.
-Que parece que fue hace mil años, aunque se nos ha pasado volando.
-Exacto. ¿Qué tal está Cristal?
-Bien, bueno, ahora está con un chico, un tal Lucas, muy guapo, pero no sé. Es genial, majo y la trata como una princesa, pero sé que aun quiere a Alex, se le nota.
-A Alex también, hemos hablado un par de veces por teléfono. Yo creo que por eso se va a Nueva Zelanda con la tipa esta...Esto, ¡Ay! la tengo en la punta de la lengua, joder, esto... ¡Sophí!
-¿Qué? ¿Por qué?
-Para olvidarla; chiaro.
-Supongo que su historia terminó...¿No crees?
-Lo dudo, pero se aman, pero ambos son felices estando y no estando juntos. Bueno entre comillas. Bueno, vamos a hablar de nosotras, ¿No? ¿Qué tal todo? ¿Algo nuevo?
-He conocido a Isaac, un chico muy muy guapo.
-¿Moreno?
-Sí.
-¿Alto?
-Un poquito más que yo, pero tampoco mucho.
-Solo hay un problema.
-¿¡Cual!?
-No es mujer. ¡Aquí todas son rubias, todas, y cuando digo todas, es TODAS helena!
-No sufras, ya volverás a España.  A todo esto, ¿Dónde estás?
-En London, querida, en London. -Fingió un acento muy pijo.
-Oh, que glamour. ¿También sabes inglés?
-Sí, 6 idiomas.  Mis padres eran muy exigentes, me obligaron a estudiar y no salir con chicos. Pero me vengué.
-Por partes, idiomas y venganza.
-Italiano, español, inglés de USA, inglés de UK,chino, y alemán.
-Jolin, ahora venganza.
-Mis padres son lo más tradicional del mundo, nada de sexo antes de casarte, las faldas que no fueran muy cortas, y antes de las 2 en casa, con 17 años. Y como venganza me enamoré de una chica. No fue una venganza planeada, claro. Pero ¿Quien se iba a pensar que la hija de los Lundinni iba a ser una desviada? ¿Una invertida?
-No eres eso para nada, solo eres una chica inteligente.
Ambas rieron a carcajadas durante unos segundos.
-Hay gente que lo piensa, que soy una enferma mental, que ... Bueno no quiero hablar de eso, no es que me incomode, es que me aburre. Tanta gente y tan poco cerebro.
-¿Y qué haces por ahí?
-Aburridos negocios...¡Pero ya viene la diversión!
-¿La única morena de Londres?
-No el mejor hacker.
-Vale, me he perdido...
-Me tengo que ir, ya te contaré, mis bus se está yendo ya. ¡Te quiero mucho!
-Y yo.
Colgó rápidamente Ingrid y corrió logró subir al autobús.
Cogió su móvil y marcó un número de teléfono que llevaba escrito en una servilleta con un nombre : Michell.
-¿Tienes los datos ya? Sin ellos no puedo hacer nada.
-Sí, te daré algunos por aquí y otros por e-mail. ¿Cuánto tardarás?
-Según hasta donde me has dicho esa chica es inteligente, no dejará su vida a merced de cualquier caza fortunas o cotilla. Será complicado, pero ¿Qué no puede conseguir el mejor hacker de Londres?
-¿Cuánto tiempo es eso?
-Dos o tres meses, más la lista de espera unos 6 meses.
-Está bien.-Dijo a regañadientes.-Se llama Sophía Guengine Belarossa, tiene cuentas en varios redes sociales, aunque no te sé especificar cuales, facebook seguro.
-¿Su número, tarjetas de crédito, etc?
-Te lo paso por e-mail.
-Adiós.

El ocaso del día llegaba, y la música cada vez sonaba más alta. Habían más de 40 personas en la casa de Cristal. Ya estaban maquilladas solo faltaba la ropa. Ambas estaban contentas con el resultado.




 Una canción estaba a todo el mundo, y parecía que en cualquier momento se iba a caer el edificio. Cristal había bebido un par de cubatas, la música como ninguna otra vez fluía por su cuerpo. Se movía de lado a lado, y varios chicos la miraban con deseo. Lucas estaba en el baño con Helena, ella esperando a Isaac había bebido más de lo necesario.  Y se había montado una película, los dos chicos habían elegido ir de leones, para que se dieran cuenta de que iban con ellas.
Ambas se habían tomado este dato a broma, y se habían burlado de ellos, por celosos. Cuando por fin Lucas salió del baño y dejó a Helena sentada en el sofá del salón, se dio cuenta de que al rededor de Cristal los buitres aumentaban.
-Pero qué...
Un chico cogió la mano de Cristal y la acercó hacia él. La cogió de la cadera y la pegó a su cuerpo.
-¿Qué haces, David?
-Vamos a bailar, va.
-¡No!
-Vamos, Sara no está por aquí... ¿Tienes miedo?
-¿Cristal, estás bien?-Según dijo esa frase Lucas comenzó a lamentarse para haberla dicho. Era la típica frase de película americana, y temía hacer el ridículo.
-Sí, gracias CARIÑO.- Una énfasis en cariño  mató las ganas de bailar de David.
-¿Cariño? Ah. Claro, novio... ¿Y con este? En fin...
En ese momento una palabra sonó más alta que toda la música. Y para ser exactos fue la palabra
-¡PUTA!- Sara llegó a donde Cristal y David seguían pegados. Cristal se alejó de David en el acto y lo empujó sin darse cuenta contra Lucas, éste lo sostuvo y queriendo y al mismo sin querer le empujó de nuevo.
-¿Perdona?
-Una fiesta en tu casa, ¿Y te crees que porque sea en tu casa te puedes tirar o liarte con cualquier tío?- La música cesó de repente todo era demasiado parecido a una película americana, y todos saben cómo acaban las películas americanas.
-Uno, tu novio es el que ha venido detrás mía. Dos, esta es mi casa y no tienes ningún derecho a venir aquí, e insultarme porque tu novio sea un putón y vaya detrás de cada culo que se menea con un poco de dignidad.
-Yo te mato hija de pu...-No le dio tiempo a acabar se acercó hacia ella y la cogió del pelo   y la acercó hacia el suelo.
-¡Ahhhhhhhhhhhhhhhh! ¡Que me sueltes! ¡Zorra, que me sueltes joder!
Lucas estaba metido en otro lío en el otro lado de la habitación. Un par de sus amigos de David no le dejaban irse.
Todo lo que les había costado hacer esa fiesta se estaba cayendo abajo.
-¡Que me dejes ir a por mi novia, y a quitar a la tuya de en medio!
-Va, chicos, dejarle ir... No me ha hecho nada, es más si no hubiera sido por él me habría caído.
-¡Gracias! -Dijo Lucas con un sarcasmo que hizo reír incluso a David.
De la nada apareció Helena en la pelea, cogiendo a esa chica del pelo y haciendo que ella gritara más fuerte. Los chicos se unieron a separarlas, y aunque parezca increíble, no pudieron separarlas. Hasta que se unió Isaac corriendo, tiró de la mano de Helena que cayó al suelo casi insofacto.
Todos asustados se quedaron mirándola, y ella se empezó a reír sin parar , contagiando a Cristal, y sucesivamente a Sara, que dos segundos se puso a llorar pidiendo perdón a Cristal. Ella la abrazó y comenzaron a reír más fuerte aun.
Nadie las comprendía, ni jamás nadie las comprendió. La fiesta continuó mejorada gracias al buen rollo que habían traído las chicas sin darse cuenta. Los cubatas en el cuerpo de Cristal se multiplicaron, y Lucas empezó a beber poco a poco.

Cuando se quisieron dar cuenta el sonido de la música no acompañaba a los pasos de ambos, y el cubata de Cristal acabó mojando su camiseta.
-Ahora es cuando digo: Guapo, ¿Quieres que lave tu camiseta?
-Y cuando yo me lo quito, y terminamos haciéndolo arriba de la lavadora.
Ambos rieron, pero dos segundos después se dirigieron a la habitación donde los padres de Cristal tenían la secadora, lavadora, y todos los trastos. Y allí arriba de la lavadora le hizo el amor, en mitad de una fiesta, en mitad del mundo, daba igual.
-Lucas...
-Dime, mi vida.
-Te amo. Quiero que lo sepas, no es porque vaya borracha, o quizás sí, los borrachos dicen la verdad, ¿No?
Otra vez esa canción, esa que últimamente empezaba a odiar. La canción de cuando la llamaban.
<<¿Quién es ahora? >> Miró la pantalla, un nombre hizo que toda su borrachera se quitara, y que dejara de besar apasionadamente a Lucas:  Alex


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